Entre la Niebla y la Majestuosidad
Una sesión inolvidable

Encuentro con el Águila Imperial Ibérica
Las mañanas de febrero en la meseta toledana pueden ser implacables. El frío cala hasta los huesos, y en esta ocasión, una espesa niebla envolvía el paisaje, difuminando formas y siluetas como si la naturaleza jugara a esconder sus secretos.
Fue en este ambiente etéreo donde viví una de las experiencias más emocionantes que he tenido como fotógrafo de fauna: un encuentro cercano con el Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti), una de las rapaces más emblemáticas y escasas de Europa.
La sesión se llevó a cabo en Hide El Taray, un lugar que ya conocía y que nunca deja de sorprenderme. La espera dentro del hide se hizo larga, no solo por el frío, sino porque la densa niebla reducía la visibilidad a pocos metros.
Sin embargo, en fotografía de naturaleza, la paciencia siempre es recompensada.
La Aparición Entre la Niebla
Los minutos pasaban lentamente. Apenas se distinguían las sombras de algunos córvidos que se movían en la lejanía, y el ambiente tenía una atmósfera casi fantasmagórica.
De repente, un sutil cambio en la luz me hizo levantar la vista del visor: una figura oscura emergía entre la bruma.
El Águila Imperial Ibérica apareció como un espectro, surgiendo de la nada y posándose en un tronco seco a pocos metros del hide.
A pesar de la distancia y las condiciones de luz, su porte majestuoso era inconfundible. Su plumaje oscuro contrastaba con los tonos ocres del paisaje invernal, y la niebla, lejos de ser un obstáculo, aportó un toque dramático a la escena.
Exigiendo el Máximo al Equipo
Esta sesión fue la prueba de fuego para mi nuevo equipo: la Nikon Z8, combinada con un teleobjetivo 150-600mm.
Las condiciones eran extremas, con poca luz y la necesidad de disparar a altos valores de ISO para mantener velocidades adecuadas.
Opté por ISO 6400, con una apertura de f/6.3 y una velocidad de 1/1200s para congelar cualquier movimiento del águila.
A pesar del reto técnico, la Z8 demostró su potencial, ofreciendo un rendimiento excepcional en altas sensibilidades.
El detalle en las plumas, la profundidad en la mirada y el juego de luces difusas entre la niebla crearon imágenes con una atmósfera única.


Una Experiencia Inolvidable
Fotografiar al Águila Imperial Ibérica siempre es un privilegio, pero hacerlo en estas condiciones lo convirtió en algo aún más especial.
La niebla, lejos de ser un inconveniente, aportó una magia inesperada, dándole a cada imagen un aire místico y evocador.
Esta sesión en Hide El Taray me recordó por qué la fotografía de fauna es una pasión que nunca deja de sorprenderme: cada salida es una historia nueva, un desafío distinto y una oportunidad de conectar con la naturaleza de una manera única.
¿Alguna vez has tenido que enfrentarte a condiciones extremas en fotografía de aves? ¡Cuéntamelo en los comentarios!


