Agradecimiento especial ha Carlos Talabante por dejarnos documentar esta especial jornada de anillamiento.

RUBÉN DE TORRES

El anillamiento científico de aves es una técnica utilizada por biólogos y ornitólogos para estudiar la vida y los movimientos de las aves. Consiste en colocar pequeñas anillas metálicas en las patas de las aves, las cuales contienen información única que permite identificar a cada individuo de manera única.

Esta técnica es fundamental para comprender mejor la ecología y el comportamiento de las aves. A través del anillamiento, los científicos pueden estudiar aspectos como las rutas migratorias, la longevidad, las tasas de supervivencia y la reproducción de las aves. Además, el anillamiento proporciona datos valiosos para la conservación de las especies, ya que permite monitorear poblaciones, identificar amenazas y evaluar el éxito de las medidas de protección.

En estas imágenes se puede comprobar el trabajo de colocación y montaje de las redes, utensilios indispensables que requieren de un trabajo minucioso para la captura del ave.

El anillamiento científico también contribuye al conocimiento científico en general, ya que proporciona información sobre la biología y la ecología de las aves que no se podría obtener de otra manera. Además, permite establecer conexiones entre diferentes poblaciones de aves y comprender mejor la dinámica de los ecosistemas.

En resumen, el anillamiento científico de aves es una herramienta invaluable para la investigación y la conservación de las aves. Gracias a esta técnica, podemos desentrañar los misterios de la vida de las aves y trabajar en su protección y preservación para las generaciones futuras.

Una vez el ave ha sido capturado, el experto procede a realizar un estudio exhaustivo del ejemplar, en las imágenes podemos ver como Carlos Talabante procede a realizar mediciones de la morfología del autillo y en esta ocasión de comprobar si el ejemplar es portador de parásitos, así como al pesaje del mismo.

La menor de nuestras rapaces nocturnas es un ave discreta y en general reservada, que suele pasar inadvertida gracias al excelente camuflaje que le proporciona su plumaje, aunque resulta, en cambio, fácil de detectar por su característico canto.

De dieta básicamente insectívora, el autillo europeo resulta muy sensible a las transformaciones del hábitat y al uso de plaguicidas.